Esta es una receta clásica, que se puede versionar de mil maneras. A mi especialmente me gusta ponerle un poco de nata vegetal de avena un poco de pimienta, aunque en esta ocasión te dejo la versión más terapéutica y acertada cuando tenemos alergias o como receta depurativa de primavera.
La primera vez que la hice fue en un curso con personas mayores en un pueblo de Karrantza, y nos fuimos primeramente a recolectarlas, con nuestros guantes de goma y un cubo. ¡Algunos se pusieron bolsas de plástico en las manos para recolectarlas, y he de decir que no es buen idea porque terminaron ortigados!
¡Lo pasamos genial de todas formas! On egin!